Prólogo
Este mundo es como algo sacado de los libros pero real, fatídico, doloroso, desastroso en definitiva nadie quería vivir aquí.
Este mundo es pequeño, en algún momento de su existencia fue grande, con una población abundante y en crecimiento pero en algún momento de todo eso las cosas cambiaron, drásticamente y sin una solución aparente.
Aquí la mayoría de las personas podían sobrevivir tranquilamente, pero el problema era el siguiente:
La fertilidad de las mujeres era inexistente, las que podían todavía eran muy pocas e iban muriendo con facilidad, la mayoría de las mujeres ya no podían dar vida como fue en un principio y eso totalmente preocupante.
La población mundial era muy reducida, el que era visto como un rey trataba a como de lugar hallar una solución, hiso todo lo que pudo pero la desesperación acudió a él al saber que el mundo iba envejeciendo y no había personas que nacieran para poder alargar el tiempo de vida de ese lugar. Todo era un desastre.
Aquel hombre murió y en su lugar entró alguien que comenzó con la cacería de mujeres que pudieran tener hijos todavía.
En una de las expediciones del cuerpo especial de búsqueda se descubrió algo importante.
Las últimas mujeres con poder de fertilidad dieron a luz varones capaces de dar vida.
…
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Una mujer castaña sonreía dulcemente mientras veía al bebé entre sus brazos dormir. A sus ojos era un angelito y no se equivocaba, aquel niño presentaba un aura tan pura que su corazón saltaba de alegría y calma cuando este le veía con sus curiosos ojitos que intentaban explorar algo nuevo de la vida.
-Nuestro niño es perfecto…-dijo la mujer sonriente mientras su esposo un hombre alto comenzaba a empacar sus cosas presuroso-¿Qué pasa SungRyo? –preguntó al verle tan atareado empacando sus cosas sin dar una explicación
-HeeYoon, debemos irnos de aquí-dijo el hombre con un rostro que mostraba terror
-¿Pero por qué?
-HeeYoon si el bebé resultaba niña sabíamos que no podría dar vida…pero…nuestro hijo si puede
-Entonces…el emperador Lee
-Nos obligará a que se lo entreguemos, no podemos permitir que hagan eso con nuestro hijo Hee…no podemos-el hombre derramó una lágrima y la mujer levantó una mano para tocar su rostro y calmarlo.
Entrada la noche SungRyo y HeeYoon huyeron de aquel lugar con su pequeño bebé que apenas llevaba una semana de nacido. Ninguno de los dos estaban dispuestos a entregar al niño, por nada del mundo…por ello debían huir e incluso insinuar que su hijo era una niña y no quien realmente era.
-Sung…no quiero vivir así… ¿Cómo crecerá nuestro hijo? ¿Cómo? –HeeYoon dejó caer varias lágrimas mientras el hombre la abrazaba con cuidado para no lastimar al bebé que dormía en brazos de su madre
-Haremos lo posible por que crezca tranquilo…tranquila amor…-
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El pequeño lloró, besó con cuidado la mano de la mujer que ahora yacía en la cama. Poco entendía lo que sucedía a su alrededor, pero sabía muy bien que desde que la noche anterior su madre no abrió los ojos no volvería a abrirlos más. Estaba seguro.
Derramó más lágrimas mientras cubría el rostro de su madre con la sábana y luego se dirigía a la cocina con pasos lentos pero decididos.
Comenzó a levantar la mano, tembloroso y su vista se tapaba por las lágrimas que no dejaban de correr.
Tomó por el mango un cuchillo que reposaba junto al lava platos, más lágrimas se acumularon, sus pensamientos no le permitieron escuchar la puerta ser forzada y abierta.
Antes de que lograra cometer su suicidio, un chico alto de cabello castaño y rostro armonioso lo detuvo.
-¡¡Suéltame!!
-¡¡Yunho es uno de ellos!!-exclamó, el pequeño siguió retorciéndose hasta que su fuerza lo venció y se rindió
-¿Tú crees?
-Dijeron que los menores a diecisiete años eran los que podían, ¿Cuántos le calculas a él? A duras penas lo paso por quince con esa cara-el pequeño comenzó a sacudirse nuevamente. No entendía de qué rayos hablaban pero tampoco quería saber. Sólo quería terminar su vida ahí porque lo único que sabía era que su vida corría peligro por la capacidad especial de la que su madre le hablo pero no terminó de explicarse.
-¿Cuántos años tienes?
-¡No se lo diré!
-Yunho…tú sí que no tienes tacto-el chico suspiró y soltó un poco su agarre al menor que para impresión no forcejeo más-Me llamo Heechul, Kim Heechul ¿Cuál es tu nombre?
El niño lo miró desconfiado pero se resignó, tampoco parecía mala persona para ser sinceros.
-Changmin…-susurró quedamente
-La mujer de afuera… ¿Ella es tu madre?
-Si…
-¿Qué pasó con ella?
-Durmió y no volvió a abrir los ojos-
Luego de aquella repuesta las preguntas de Heechul iban directo a las paredes, no las contestó más, parecía estar en un estado de Shock momentáneo y en realidad para él eso era preocupante.
-¿Yunho?
-¿Qué?
-¿Se lo llevamos? Es que ese ogro…no sabemos cuál será su reacción además que no me gustaría pelearme con él porque sé que le hará daño
-Él lo necesita más que nosotros, sabes cómo lo amenazó el emperador Lee...probablemente lo vaya a matar de verdad
-Tienes razón…pero…
-Mejor vamonos ya, no queremos que los de la brigada especial nos encuentren y ahí él estará en peores manos que las de Jaejoong.
Heechul suspiró y le extendió a Changmin a Yunho que lo cargó.
-¿A dónde me llevarán?
-Tranquilo, nosotros no te haremos daño, vas a estar bien
-¿Y eso cómo puedo saberlo?
-Sólo te queda confiar en nosotros, ¿Verdad?
-Sería más seguro que me muriera-el niño suspiró
-Para ser sólo un niño tiene un mal carácter
-Sigues sin tener nada de tacto, acaso no ves que perdió a su mamá y que es muy difícil para él tener que afrontar esto. Te apuesto que ni siquiera sabe de lo que es capaz
-¿Ustedes saben cuál es mi habilidad especial? –exclamó emocionado mirando desesperado a Yunho, en busca de aquellas respuestas que ahora sólo ellos podrían responder.
-Si…pero todavía no es el momento de que lo sepas-dijo Yunho con cuidado, sonriendo amablemente para tranquilizar al menor que hiso un puchero y se resignó a esperar que era lo que le depararía el destino.
Subieron a un auto donde taparon a Changmin con una manta blanca, el menor no dijo absolutamente nada, en realidad tampoco dijo nada más durante el resto del camino que consistía en un muy largo trecho.
-Ya llegamos-dijo Heechul mirando de mala gana el amplio garaje donde se habían estacionado-Vamos Yunho mueve el trasero que ya sabes quién no tarda en llegar
-No puedo…
-¿Eh…?
-El niño se quedó dormido
-Hay que tiernito-dijo Heechul al verle dormido tan apaciblemente. Y no se llama niño. Se llama Changmin tonto.
-Perdón lo olvidé…Ayúdame no
-Perdón-Heechul cargó con cuidado al chico y salió del auto, Yunho iba a pedirle que se lo entregara de nuevo y que él cerrara el garaje pero cuando lo vio caminar inmerso en el rostro del menor durmiendo lo dejó. Estaba seguro de que no dejaría que nada le ocurriera a ese niño.
No dejaría que sucediera lo mismo que sucedió con su hermano.
-Chul…ya cálmate, si te mueves tanto lo vas a despertar
-Es que míralo… ¿no es una cosita preciosa? Siento que acabo de ser madre
-¿No será padre?
-No arruines mi fantasía
-Heechul eres un hombre en todo caso serías su padre
-Entonces tú serás la madre Yunnie
-Si te mejor el papel de madre-Heechul rió y Yunho miró a otro lado, este chico a veces le hacía hacer y decir tanta tontería.
-Llevémosle a una habitación antes de que Jaejoong vuelva y ahí se nos arma la grande. Aun no entiendo cómo es que se levanta de buen humor y hasta camina tirando flores y luego vuelve hecho un ogro
-Ese es el efecto que causa la irritante sobrina del emperador Lee y el mismo emperador Lee
-Creo que tienes razón. A veces me gustaría que este mundo fuera diferente. Esto es realmente un asco-reclamó dejando a Changmin en una cama, tapándolo luego justo en el momento en que la puerta de entrada sonó, dejando escuchar unos pasos pesados que se detuvieron justo tras la puerta donde ellos estaban, antes de que esta se abriera ambos salieron corriendo.
-¿Qué demonios hacían ahí?
-¡¡Jaejoong!! ¡¡Hola!! –exclamó Heechul abrazando al rubio chico que los miraba con una ceja levantada, esperando ya una respuesta a su pregunta
-Hola Jae…
-¿Qué hacían ahí?
-¿Ya comiste? ¿Cocino algo?
-Si tú piensas cocinar Heechul prefiero comerme un ratón muerto
-Qué pesado que eres…-Heechul hiso un puchero y se sentó en uno de los cómodos asientos de la sala
-Sigo esperando…
-¿Esperando qué? –preguntó Yunho con una sonrisa nerviosa, Jaejoong suspiró
-Ya suelten la sopa
-Te tenemos una…en parte buena en parte mala noticia
-Explícate Yunho
-Encontramos a uno de los niños especiales…te salvaste de que el emperador Lee no te matara
-¿Qué…?
ME ENCANTA ESTE FIC!!!! ya lo voy leyendo como 5 veces!! a la espera de una nueva actua~~ XDDDD
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