Tiempo de espera

Título: Tiempo de espera

Autor: Sakura_Minnie (Tiffy)

Pareja: JaeMin

Género: Slash, Angst



Sus manos tocaron gradualmente las páginas del libro que estaba leyendo, su vista perdida ya ni siquiera podía concentrarse en la lectura ya tan larga a sus ojos.



Unas cuantas lágrimas cayeron humedeciendo el borde de una de las páginas.

¿Cuánto tiempo más debía dar tiempo al tiempo?

Hace tanto tiempo que le hacía falta su afecto su mirada y otras cosas tan poco significativas como su extraña actitud para con él.

Ya había olvidado hasta a que sabían sus labios de tanto no probarlos.

Pero los añoraba tanto que sentía un hueco en el corazón.

Ya ni siquiera se cobijaba en tontas esperanzas hincadas en un cariño que se iba escapando como el agua evaporada por un hueco en su corazón.

Su despiste transitorio no le permitía evaporarse de las pesadas sombras del amor del pasado que se amontonaba en una caja de cristal.

Rosas en las ventanas, lágrimas del otro lado.

No había día, minuto, hora, segundo de su vida en que no se detuviera a cavilar en aquel rostro que extrañaba ver, extrañaba sentir y  tocar, tan suave como la misma seda, el agua,  el aire.

No había momento en el que obtuviera dejar de pensar en él y sentir que su amor se rebasaba como el café en una taza. Sin tener dónde depositarlo para sentirse mejor.

No podía concentrarse en nada, ir a la universidad era un chasco para distraerse, todo lo que hacía sin importar que fuera,  iba como secuela terminar pensando en él. En donde estará, que hará.

¿Pensara tanto en él como él mismo hacía?

A veces lo veía y le sonreía con las mismas palabras de la última vez.

-Por favor espérame

Ni siquiera entendía bien que era lo que debía esperar.

Si es que sus palabras eran ciertas su amor no era unilateral, su amor era recíproco, incondicional…bajo su ideología de cuento de hadas: perpetuo.

Pero nada era perfecto, nada puede ser color de rosa, no existían las posibilidades.

No sabía que más fantasear, decir y mentir para engañarse a sí mismo y creer que estaba bien.

Apenas lograba mentirle a los demás.

Ya la misma posición de sus pies le frenaba hacerle creer a alguien que estaba bien. Era un muerto en vida con todo el amor para dar al piso.

Su mentón ya tocaba el piso, sus sonrisas tan hermosas como el canto de un ruiseñor ahora eran tan falsas como las joyas de utilería. El mundo ahora era de color gris sin nada que lo irradiara.

Su sonrisa ya no podía si quiera salirle natural.

Aquellas alas tan extensas de un ángel ficticio estaban tan rotas que las mismas plumas de aire se negaban a reconstruirse, se negaban a volver a nacer.

Los muertos parecían tener más vida que él.

Ya todos estaban alarmados, sus ojos parecían dos ventanas obscuras que llevaban a un vacío imperecedero tan recóndito como un pozo sin fondo, las lágrimas salían ya inconscientemente de sus ojos sin poderlas detener.

Su aspecto dejaba a la vista desnutrición, hasta los huesos de su rostro eran mucho más notorios, así como sus costillas. Aquel cuerpo catalogado como escultural ya no era nada más que huesos y una fina capa de piel.

No importaba si comía, no lo hacía o si debía hacerlo. Comer era algo que ahora ya como en un dulce pasado le importaba.

Todas las cosas le recordaban que debía seguir esperando.

Ya entrando a un lugar ignoto y rayando el límite de la locura.

Sus ojos le dolían…de tanto llorar por él.

Sus manos le dolían…de tanto no sentir su piel.

Sus lágrimas buscaban en una parte del exterior encontrar un rastro de él.

Ya ni siquiera podía mantenerse en pie. No podía mirar a la nada sin pensar en él.

Ya había llegado a ser solamente un alma con cuerpo que pena en su casa sin remedio alguno.
A veces se preguntaba cuanto dolor se es capaz de soportar por amor. La espera dolía más incluso que el mismo rechazo, la espera dolía tanto…

― ¿Te encuentras bien?

―Si gracias…―contestó comenzando a caminar. En su trayecto tan infinito como el universo sin tiempo le vio, su rostro tan dulce, sus esperanzas comenzaron a salir a flote, se le acercó y tomó de su mano

― ¡Changminnie! ¿Por qué estas así? Mírate…pareces un esqueleto―los enormes ojos de ese chico se clavaron sobre él como clavos desgarrando su piel. Las lágrimas volvían a llenarse en sus ojos.

Sentía su peso fallar, sus manos temblar como una pluma llevada por el viento. Sentía su corazón latir tan lentamente que amenazaba por detenerse pronto.

Una lágrima cayó de sus ojos.

― ¿Cuánto más debo esperar Jaejoong? ―preguntó con la vos quebrada del dolor, cada letra saliendo con un infinito dolor incomparado con cualquier herida sangrante.

Sus labios ya de un color tan blanco como su pálida piel comenzaron a temblar. Más lágrimas salieron de sus ojos desesperadas de encontrar refugio bajo su cuello.

La cadena de besos repartidos había sido olvidada.

Jaejoong bajo la cabeza y mordió su labio inferior. ¿Qué debía contestar?

El mismo no tenía una respuesta porque no era capaz de decirle que tenía miedo y ni si quiera sabía que era lo que tanto le hacía esperar.

Sus ojos se llenaron de agua…el menor salió corriendo con las pocas fuerzas que le quedaban en su cuerpo ya casi muerto en abismo llamado amor.

Se preguntaba mientras el aire golpeaba contra su rostro secando las lágrimas que caían sin parar. Se preguntaba… ¿Por qué no era capaz de ser como los demás y olvidar a media espera? ¿Acaso era tan masoquista para seguir maltratándose a sí mismo?

Su cuerpo cayó en seco cuando llegó al lugar que cobijaba sus lágrimas cada día, tarde y noche. Las lágrimas se hicieron más desgarradoras sentía que ahora lo que botaba era su sangre, su estómago se contraía mil veces de los sollozos que salían de su boca en gritos lamentosos que lo llevaban a caer de un precipicio tan doloroso como la muerte.

Sus cabellos comenzaban a salírsele con facilidad, sus uñas se le rompían, pero el dolor del hambre no igualaba el dolor de ese amor que se desbordaba y tanto esperaba por entregar.

Las heridas de un cuchillo no dolían lo que dolía su corazón.

Todo un cuerpo lastimado y sangrando no dolía tanto como ese dolor que te ahoga en un mar de incertidumbre.

Sentía su respiración entrecortarse, el aire no ser recibido por sus pulmones.

Se levantó de golpe…necesitaba ayuda.



~

~


Jaejoong estiró sus cabellos amenazando sacárselos del puro dolor.

¿Acaso no podía sentirse más estúpido?

― ¿Qué sucedió?

―Tenía su corazón…tenía todo y lo hice esperar…ni siquiera sé que le hago esperar…yo debería esperarle  a él. No sabes lo que sentí cuando lo vi. Estaba tan delgado, no parecía él…no era mi Changmin…

―Deja de hacerle esperar por tu inseguridad Jaejoong…



~

~



No podía ya respirar.

Sentía que todo se veía fuera de lugar, una pintura abstracta.

Sus piernas perdían fuerzas y apenas podían sostener su cuerpo, sus ojos no podían mirar al frente sin ver que todo se obscurecía aun siendo de mañana.

Sentía que su corazón se detenía y apenas latía.

Apenas podía coger el aire y llevarlo a sus pulmones. Apenas podía vivir.

―Jaejoong ah…―susurró, su rostro ahora estaba húmedo y las lágrimas caían sin cesar llevándose lo último que quedaba de él.

El amor era una suave poesía trágica que a veces te hacía llorar y otras reír pero de una manera u otra terminaba cortándote la vida con un golpe certero y doloroso que sólo te dejaba sangrar, otras podía ser tan dulce como la miel.

Pero hay que ser sinceros. El amor era aquel veneno que te corroía por dentro aún más doloroso que el ácido más potente del mundo. Te quemaba las entrañas hasta que terminabas escupiendo todo lo que había dentro de ti.

Todo por culpa de aquel sentimiento tan efímero para otro y eterno para algunos.

Changmin descubrió que este amor era veneno cuando Jaejoong no le contestó.

No podía creerse que aquel sentimiento tan bello que le había hecho sonreír pudiera hacerle ahora esto.

En un principio ese amor eran tan incómodo cuando él se le acercaba y le sonreía, luego se volvió tan necesario que estaba seguro que era adicto a los besos del otro y jamás podría separarse de esa sensación  tan completa que le brindaban sus caricias con un solo rose de piel.

Luego pasó a ser más complicado pero tan necesario que no quería separarse de su cuerpo y sentía que todo le hacía mal si no estaba con él.

Al final todo se volvió tan triste y doloroso que no podía con el propio peso de sus pensamientos que no pesaban nada como el aire.

Sus ojos se iban cerrando…sin saber si de esa obscura niebla que ahora le abrigaba podría dejarle salir una vez más.

Se sumió en aquella espesa niebla que le ofrecía cobijo, a ver si cuando despertara podría entregar su amor y no tener que esperar.



~


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Jaejoong comenzó a correr con todas sus fuerzas, su corazón le latía fuertemente.

Sentía un montón de mariposas liberarse en su estómago.

Un aroma a amor expandirse en el aire.

Una alegría tan hermosa como la sonrisa de aquella persona llenaba su ser.

Su alegría era tan inmensa que se sentía a flor de piel.

Llegó hasta el lugar y vio la puerta abierta…

Una mancha tan roja como los pétalos de rosa en la clara alfombra le hicieron borrar su sonrisa…salió corriendo desesperado.

El miedo embargaba su ser, el dolor acomodó sus facciones.


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Siento que te perderé…tengo tanto miedo. Tú ya te vas y yo aún no me atrevo.


Los doctores comenzaban a desesperarse, lo estaban perdiendo.

―Joven de aproximadamente veinte años, 1,85 aproximado de estatura, tiene un caso severo de desnutrición puede traducirse por una anorexia nerviosa, sangrado intensivo en la nariz y fallos respiratorios. Se tiene precaución con un posible paro cardiaco… ¡Atención! ¡No está respirando! ¡Traigan el oxígeno!



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La respiración de Jaejoong se hacía más dificultosa, cuando vio la ambulancia pasar por frente suyo corrió tras ella, dirigiéndose al hospital.

Su corazón latía a extremos insospechados…

Cada lágrima comenzaba a arderse y rasparle el rostro como si fuera ácido.

―Changmin ah…sólo espera un poco más


Aún si es un solo momento. Te haré saber mi amor.


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―El muchacho apenas respira, logramos estabilizar su corazón…se teme que entre en estado de coma…

― ¿Podrían ubicar a algún familiar?

―Intentamos localizar a su familia, no traía celular y sólo sabemos que su nombre es Shim Changmin por su carnet de estudiante, ya llamamos a la universidad y están haciendo todo lo posible por encontrar a sus familiares.

―Gracias…este pobre chico no parece estar interesado en su aspecto pero no podemos catalogar su anorexia como metabólica porque no tiene ninguna otra enfermedad

―Tal vez sean problemas personales, mi hijo a veces no puede comer cuando está muy triste

―Si es personal no nos concierne, sólo quiero que siga respirando y que un familiar al menos venga a verle.

Aún si la violenta lluvia cae y los fuertes vientos soplan iré a proteger este amor.


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Kono machi de, meguriatta ima mo~

Jaejoong tomó el teléfono aunque sentía que era ilógico hacerlo en un momento tan estresante como este.

―Diga…

―Disculpe… ¿Usted conoce al joven Shim Changmin?

―Si…

―Necesitamos que venga al hospital central urgentemente por favor, si puede contactarse con algún familiar por favor avíseles


El sentimiento que ahora sentía era un amor tan cerca a la muerte que temía caer en ella también, caer en la desesperación de saber a la persona que ama lejos de él.

La espera mata.

Sus piernas se movían sin siquiera pensarlo mucho, no importaba que sucediera seguía corriendo, su vida y de quien más amaba dependía de ello.

Todos están buscando ese lugar, que pueda curar su tristeza y soldad por eso, para ti ese lugar está aquí.


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Y no importa que tan lejos esté perdido. Nunca quiero olvidar que mi corazón eligió amarte a ti.


Las enfermeras comenzaron a correr, desesperadas asustadas.

― ¡¡Código rojo!!

Los doctores se desplegaron, fue traído el resucitador, a cada choque eléctrico Changmin abría sus ojos pero sus ganas de despertar eran tan nulas que los volvía a cerrar.

Cuando su corazón fue estabilizado miró a todos lados.

El cansancio consumía su ser…no tenía fuerzas y esa niebla estaba dispuesta a alojarlo.

―Jaejoong ah…―susurró antes de volver a cerrar sus ojos, los doctores se asustaron.

― ¡No está respirando!


~


~


Jaejoong llegó apenas, preguntó por el paciente recién traído y corrió hasta el lugar, ya muy asustado a su pesar.

Los gritos de los doctores y en unos minutos su Changmin pasó por su lado en una camilla con un paramédico dándole aire.

Los siguió aún corriendo, llegando a UTI (Unidad Terapia Intensiva) donde ya no le permitieron el acceso.

― ¡¿Qué está pasando?!

―El chico tenía desnutrición severa provocada por una anorexia nerviosa metabólica, una hemorragia severa de nariz y fallos pulmonares. Tuvo un paro cardiaco en urgencias…ahora el chico no respira por sí mismo

―Eso…eso que significa

―Entrará en estado de coma…


No te puedo olvidar, pero la verdad es que no te quiero olvidar.


Sus manos temblaban, golpeaba la pared, no podía pensar, sus lágrimas eran interminables.

El doctor salió en un momento en que todo se congeló para él cuando le dijo el diagnóstico.

―Ha entrado en estado de coma…intentamos todo lo posible pero él ya no respira por sí mismo

―… ¿Despertará…?

―No lo sabemos…en esta clase de coma él puede despertar mañana, en unos días…meses años o tal vez ya no despierte


No puedo sentir ni un poco de felicidad porque no estás en mi lado. No importa cuanto lo intento, siempre termino llorando…y mis lágrimas no se detienen.



El amor es esa clase de sentimiento, que te llena, te embarga y no te deja ir.

Es esa clase de sentimiento que te hace esperar cuanto sea necesario por la persona que amas.

Changmin le había esperado demasiado y ese día se había cansado de esperarle.

Ahora el que sentía el veneno de ese amor tan doloroso sabía cuánto había soportado sólo por él y esa inseguridad sobre sus sentimientos.

Le hubiera gustado no hacerle esperar más, le hubiera gustado que sus ojos volvieran a mirarle y le sonrieran con una mirada, sin palabras en medio que callaran el canto de un ángel en medio del silencio.

No quería que esto pasara pero…

El amor también es una prueba de valor, valentía, responsabilidad y resistencia.
Changmin le había mostrado que podía resistir años basado en ese amor que él mismo creía tan fantasioso y exagerado.

Eterno.

Changmin le había demostrado que también dolía, que el amor te desgarraba hasta dejarte morir y él había tenido la culpa.

Estaba seguro ahora…que Changmin estaba ahí y él lucharía esta vez.

Ahora era su turno de esperar a Changmin.


Aunque ya no tengo razón para seguir aferrándome a este dolor. No puedo evitar hacerlo.

Por siempre estaré aquí, Aún ahora estoy aquí. Creyendo que algún día nos volveremos a ver.

Estos sentimientos no cambiaran
Y tú eres el único en el que pienso.


¿Fin?


Nota de la autora: Akii…me convenciste…hay.>.<. No puedo creer que me hayas convencido con eso…fue extorción O.o…en fin. Ahí está con las canciones números y personas que pediste…creo que me salió feo y muy corto pero no importa, ojalá te guste y no llores que te quedarás más ciega de lo que estás.

Annyong~


4 comentarios:

  1. T-T tienes q seguirlo porfa ... o moriré de depresión!! T.T... povre changmin lo q tuvo q pasar ... T.T

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  2. of course not! no puedes dejarlo así, debes de poner a Jaejoong a esperar todo el tiempo necesario hasta que Changmin despierte.. y luego que ambos sean felices.. x favoooorrrrrrrrr

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  3. necesita seriamente una continuacion... xfa xfa xfa xfaaaa

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  4. Miren en autor. Yo no o escribí ._. rueguele a Tiffy les doy su facebook xDDD

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