White and Black

White and Black
Autor: Akahana_Sakura
Pareja: HoMin
Género: Lemon (?) Slash
Extensión: One-shot



Changmin era como el mar, un espejo del cielo, un espejo del alma, frío como el mar nocturno cálido como el mar en verano. Azul.

Changmin era blanco, de pensamiento correcto, de pureza insuperable, de inocencia picosa y un poco ficticia, de mirada clara como el agua. Sinceridad andante.

Changmin era como la luz, brillante y clara, resplandeciente y tantas cosas más ya imposibles de no tardar diciéndolas.

En cambio…

Yunho era como el sol, el calor del mundo, el calor de un alma, cálido siempre, aún en invierno.

Yunho era negro, de pensamiento errático, a veces cruel y extremista, de inocencia nula, marcado de experiencia, de mirada obscura con tanto vivido. Un engaño, una verdad.

Yunho era como el fuego; cálido y abrazador pero a la vez tan obscuro y maligno. Con su pasión quemaba, era fuerza, era valor, era él.

Las pupilas de Changmin brillaban con la luz del sol, su sonrisa iluminaba al resto del mundo cuando esto sucedía, Yunho no podía dejar de observarlo.

Changmin era a veces tan frío como el hielo, pero a la vez tan dulce como el agua de un río y Yunho sabía perfectamente que Changmin era frío por fuera pero tan cálido por dentro que procuraba entrar en él hasta lo más profundo hasta desgarrarlo, hasta sacar el calor a su exterior.

Changmin para él era su complemento, su todo. Él podía calmar con el agua de su boca el fuego que crecía en su interior, él se sacrificaba a él permitiendo que lo quemara con su fuego, él le entregaba todo de sí. Procurando siempre hacerle sentir bien.

A veces Yunho se sentía culpable y mal, porque él era muy rudo con él aunque aparentara lo contrario.

Pero Changmin nunca lo decía, incluso lloraba del dolor pero jamás ni siquiera la primera vez dijo que le doliese, sólo lloró, sacando en esas cálidas lágrimas el dolor que él le provocaba.

Yunho recostó por primera vez con cuidado al menor en la cama y lo abrazó. Unas cuantas lágrimas que de seguro por meterse tanto en el cuerpo del menor se impregnó su agua, salieron de sus ojos hasta que no pudo más con los sollozos que salían tan dolorosos por su garganta.

-Lo siento…

Changmin no dijo nada, con aquel calor del agua de verano lo consoló, dejando sus lágrimas deslizarse por su hombro, mojando su camisa, mojando su alma.

Yunho comenzó a acariciarle suavemente, como si el menor fuera a romperse en mil pedazos por la fragilidad ficticia que poseía. Sus manos se movían casi sobre el aire, la ropa apenas reaccionaba a su tacto y las mejillas sonrojadas de Changmin.

Sus besos eran tan suaves que era como una simple seda rozando los labios del menor. Todo era tan suave que el menor se sentía más frágil de lo que en realidad era.

Yunho empezaba a poder controlar sus impulsos, empezaba a sentir una calidez suave llenar su corazón. Entonces supo que el menor…era más importante para él de lo que él mismo pensaba. Es decir al fin había caído totalmente rendido ante aquel peculiar encanto que poseía el menor. Al fin se había enamorado de Changmin.

Y Changmin por su parte se dio cuenta que aquello de tantos años no había sido sólo sexo si no que era como un anticipo a aquellos sentimientos que se formaron desde la primera vez que le permitió acceder a su cuerpo, sentimientos que se sembraron y fueron tomando forma en tantos años.

Tal vez esta no era la historia ideal, como la de los cuentos de hadas.

Esta era una historia real, cierta como el aire, cercana a un lugar donde no hay luz ni obscuridad. Un lugar donde ellos dos se combinan de manera perfecta como ahora. A través de la calidad de sus pieles y los besos esporádicos a cada momento.

Las manos de Changmin aferradas fuertemente a su espalda, emitiendo dolor, placer, tantas emociones ya indescifrables.

-¿Te duele? –se atrevió a preguntar mientras esperaba por primera vez a que se acostumbrara a él

-Mucho…-susurró liberando las lágrimas que no podía reprimir. El mayor lo besó con dulzura, acarició su cintura tan fina con suavidad y lo hiso olvidarse del mundo.

El agua era un complemento importante que apagaba el mortal y a la vez tan necesario fuego.

Changmin besó a Yunho de nuevo, se dejó llevar por la pasión mientras este lo poseía. Se dejó llevar por el pequeño amor tan extraño que hace sólo una hora había descubierto y besó con fuerza a Yunho.

La luz era un algo tan importante para el mundo que lo sacaba de la obscuridad de los pecados y el dolor. Incluso llegaba a sacar a la misma obscuridad de su cruel mundo.

Yunho se refugió en los cálidos brazos de Changmin cuando todo acabó, se refugió en aquel calor tranquilo que poseía mientras sus besos lo dejaban casi sin aliento.

Blanco y negro, dos almas entrelazadas por la diferencia de su misma forma de ser.

Luz y obscuridad.

Agua y Fuego. Opuestos.

2 comentarios:

  1. es una de las mejore que e leído...espero que realizas más.

    ResponderEliminar
  2. realmente me gustó, sobremanera!
    gracias por compartirlo ^^

    ResponderEliminar