Mi perdición Cap 1

(POV Changmin)

Otro día más, de nuevo vuelvo a caminar a casa, todo sea por escapar de Ayame, ella hasta el momento si había sido algo obsesiva conmigo a pesar de que no somos nada, pero estos últimos días se ah portado demasiado exagerada, tuve que inventarle que me aplace en el último trimestre para librarme de ella.

Se preguntaran como demonios Ayame llegó a mi vida…pues fácil. Yo un corazón roto refugiado en el calor de mis padres adoptivos, buen estudiante y buen niño *sigo siendo niño aunque haya cumplido 20 hace menos de un mes* me emborrache por culpa del mal de mis males, que quiero olvidar a toda costa y el muy maldito jamás sale de mi cabeza y mucho menos de mi corazón, estoy empezando a pensar que el demonio hizo un pacto con él o es el mismo hijo del diablo para haberse colado como lapa a mi corazón y negarse a salir de ahí. A lo que importa, por hablar con Junsu y preguntarle idiotamente por él tuve una respuesta que no me gusto mucho que digamos, como soy una persona algo sensible lloré como niña y termine en un bar de mala muerte con algún compañero de la universidad, no me acuerdo pero según lo que me dijo mamá llegue borracho a casa y mi padre me castigo, bien merecido me lo tenía por idiota, un que yo no quería tomar…el problema es que no tenía idea de a que sabía el alcohol y mucho menos si iba a tener resistencia, así que tome lo primero que vi y mala idea con un baso termine como cuba.

El punto es que…mi padre me castigo y termine trabajando en uno de lo restaurantes de los cuales soy heredero aunque no sea hijo biológico, ahí la conocí, era la jefa de empleados y es un año mayor que yo, pero la muy loca me grito en medio restaurante que me amaba y que iba a lograr me enamorara de ella y no vayan a pensar me quede con los brazos cruzados yo le explique…que bueno…mis gustos no iban para ese lado, me arrepiento de siquiera haber intentado hablar con ese palo con patas, me dijo que sacaría mi lado heterosexual costase lo que costase.


—¡¡Te encontré!! —ese grito me heló la sangre, pero si le había dicho que debía irme a casa a estudiar, porque no puede dejarme en paz

—Como…

—no importa Changmin-kun estoy feliz de haberte encontrado, le dije a Hiroshi-sama que te acompañaría, pero…no te ves con ganas de estudiar

—no, no tengo ganas

—entonces porque no quisiste quedarte

—porque aún así debo estudiar Ayame-san

—Ah bueno…te acompaño a casa

—No es necesario Ayame-san—Deja que me vaya, por favor

—Si es necesario Changmin-kun, no puedo dejar que alguna otra mujer o un hombre te mire y se atreva a quitarte de mi lado.

—Ayame-san nosotros no somos novios ni nada, no sé por qué no lo entiendes

—No soy de las que se rinden tan fácilmente Changmin-kun te lo dije y no romperé mi palabra, tu deberías entender que me gustas de verdad y no te dejaré ir—pensé mal, Jaejoong hizo el pacto con el diablo, ella es la hija del diablo—Bueno Min-kun, yo me voy aquí porque llego tarde, sigue siendo así de seco y frío que me gustas mas—con que eso era…—adiós…—sin esperarlo me dejo un beso en la mejilla, parándose de puntitas y después corriendo.

Por un maldito demonio, mientras más mal le trato más se apega a mí, esta chica es peor que un virus y sinceramente odio a este virus.

—Changmin-ah…—volteo asustado…otra vez, estoy empezando a creer que me voy a volver loco, desde hace poco más de un mes, que siento a alguien persiguiéndome y llamándome, confundiendo su vos con la de Jaejoong…pero esta vez mi nombre se escucho más cerca.

Miro atrás y no hay más que obscuridad con algunas luces de calle que son bastante opacas, el miedo vuelve a adueñarse de mí…soy un idiota al pensar que Jaejoong aparecerá después de tanto tiempo y me dirá que lo lamenta y que me quiere.

Lamentablemente eso solo lo vi en el dorama que mi mamá ve en casa y cosas así no suceden en la vida real y si suceden solo ocurren con personas buenas y ese no es mi caso, en estos años desde que deje Corea las únicas personas que realmente a llegado a conocer al verdadero Changmin han sido mis padres adoptivos aunque les costo bastante, después…me eh vuelto una persona hostil y algo cruel con el mundo que me rodea, pero sinceramente no quiero volver a sufrir lo mismo de antes por eso es mejor no arriesgarse a nada, mis padres se enojan por la manera en como trato a la gente y saben que no soy así, lamentablemente no pueden hacer nada más por mi…

Sin importar ese escalofrío que recorrió mi espalda al sentir alguien cerca de mí vuelvo a retomar mi camino tratando de mantener mi impasible rostro frío y sereno aunque solo es una pantalla para esconder mi terrible cara de niño asustado.


—Changmin-ah—por qué demonios lo siento tan cerca…es como ese presentimiento que tuve antes de conocer a Jaejoong, maldita sea que este tipo jamás me dejará vivir mi vida en paz.

—maldición…maldición—pronuncio comenzando a correr llegando más rápido al centro, tratando de mezclarme con la gente suspirando aliviado cuando veo el edificio de apartamentos donde vivo.

—Buenas noches…—le digo secamente al encargado

—Buenas noche joven Shim—me contesta por obligación antes de que suba al ascensor, en el trayecto hasta en último piso siento mi corazón latir a mil por hora, algo va a pasar…y sinceramente dudo algo bueno.

—Buenas noches mamá…—digo sentándome en el sillón mientras ella trae mi plato de comida que siempre me da cuando llego tarde, que en todo caso es todos los días.

—Buenas noches mi niño… ¿Te sucede algo?

—Otra vez mamá…piensen tú y papá seriamente en encerrarme en un manicomio

—No podemos hacer eso hijo, otra vez esa sensación de que estas siendo perseguido o es que Ayame…

—Me persiguen lo puedo jurar…bueno…es como un presentimiento o algo así, maldita sea mi suerte que ese recuerdo no me dejará en paz

—hay pequeño…las cosas pasan por algo, y supongo te incomoda sea algo malo

—Si mamá…siempre es algo malo

—Pero solo lo sentiste una vez

—Pero mamá…mira lo que pasó, tuve que conocer a mi hyung y enamorarme como idiota de él para que me rompa el corazón después

—Minnie…debes dejar de ver las cosas tan negativamente, las cosas serán como tu las creas

—…pensaré en ello…buenas noches mamá—dije parándome, a veces sentía que tenía razón y era realmente molesto para mi, pues me consideraba autosuficiente y sentirme equivocado era un golpe para el orgullo y ego que me había costado tanto crear


(Narración general)



Se encerró en su habitación a pensar en la inmortalidad del cangrejo mientras miraba una mancha bastante interesante en el techo a su parecer, no era que no tuviera nada que hacer porque en realidad si tenía, pero sinceramente no quería pensar y que a sus pensamientos volviera el hijo del diablo del cual se enamoro, su pensamiento vagamente quería concentrarse en las partituras de guitarra que tenía escondidas por ahí, pero su maldita cabeza siempre buscaba la manera de buscar a Jaejoong hasta en el último rincón de su cabeza o del universo.

Pero sus ojos volvieron a posarse en una esquina de la habitación donde tenía algo bastante especial para él. Un par de guantes que Jaejoong le regalo en invierno cuando aún tenía catorce años y él diecisiete no se llevaban para nada bien y terminaban quejándose con Junsu lo que le era muy divertido, pero su relación mejoro hasta su cumpleaños…y se volvió a patear, arañar y hasta tirarse por la ventana por volver a recordar al “maldito idiota” que le rompió el corazón con solo unas palabras y esa mirada tan rencorosa que acabo con su vida en segundos.


Su vida era bastante extraña y jamás Jaejoong había pasado a ser el pasado que rogaba dejar atrás al contrario se apegaba mucho más a su memoria, a veces el castaño se ponía a pensar en que había sido de su hyung en este tiempo y sinceramente lo había averiguado, curiosamente termino llamando a Junsu que sonaba algo molesto por sepa que razones, pero realmente no le importaba, cuando Junsu totalmente colérico le gritó que no sabía donde diablos estaba el desgraciado ese y que no le interesaba saberlo jamás. Changmin no era de las personas que sacan conclusiones apresuradas como Jaejoong él analizaba las cosas antes de actuar, pero esta vez su dolor no le permitió pensar en más que su adorado hyung era un idiota que se largo y no le importo ni en lo más mínimo su pobre corazón o si quiera pedirle perdón por matarle las ganas de amar.

Bufo molesto, eran más de las once de la noche y necesitaba el aire frío de la calle empaparle de pies a cabeza como de lugar, salió de su habitación notando todo tranquilo y sin movimiento, miro la sala de estar como si no la conociera inhalando el aroma a hogar que expedía cada rincón del dúplex en el que vivía con sus padres. Sintió algo de pena por haber dejado a su madre ahí diciéndole un buenas noches tan tajante y frío, la amaba realmente la amaba porque había curado la herida de haber perdido a su mamá y así le agradecía, se apoyó en la puerta de su habitación e inclinó su cabeza contra ella formando un adorable puchero en sus labios recordando como aquella mujer le sonrió en aquel orfanato cuando la conoció, más le sorprendió que solicitara adoptarlo aún cuando cumplió dieciséis años hace poco, por eso la amaba, porque ella también le amo, de su padre no podía quejarse, el también le trataba con mucho cariño incluso mucho más que su padre biológico.


—Pequeño…deja de pensar en eso…—levantó su cabeza asustado mirando a su mamá sentada en el sillón con una sonrisa

—Pensé que dormías mamá…—dijo tratando de que no se diera cuenta que estaba llorando

—Amor…a mi no me engañas, sé que te sentiste mal por que tengo razón…—soltó un suspiro mientras se secaba las marcas mojadas de sus mejillas con la manga del jersey, la mujer se le acercó y lo abrazó dulcemente

— ¿Y papá?

—Cuando estabas en el trabajo tubo un problema con la sucursal de Tokio, tuvo que ir con urgencia hasta allá

—Y ahora me avisas—reclamó inflando sus mejilla fingiendo molestia—espero vuelva pronto quedan dos semanas y con lo ocupado que esta no podemos ir hasta ahora a comprar los regalos de navidad

—Es su trabajo lo sabes…ya veras que tendremos tiempo o de lo contrario iremos tu y yo

—No importa…no me dejaran tener mi regalo de navidad

—No vengas con eso de nuevo Changmin—sonrió—sabes que tu padre dijo que no te vas de la casa hasta que termines tu carrera y tengas un trabajo fijo

—Pero que les cuesta—carita rogona—un apartamento chiquito y aquí cerquita

—No

—Por favor…

—Changmin, dije No y cuando es No es NO

—Ya esta bien…bueno…igual no quiero irme…—se volvieron a abrazar dulcemente, Changmin se sentía protegido, pero aún así le faltaba algo

—Vamos a caminar…

— ¿A esta hora? —era verdad, él si quería ir a caminar pero eran las doce y algo más

—Conozco un restaurante que esta abierto ahora, además se nota que necesitas salir un momento hijo

—Esta bien mamá—ambos tomaron sus abrigos del perchero y salieron llevaban ya dos cuadras lejos del edificio cuando su mamá se dio cuenta que había olvidado la billetera y Changmin también, el castaño optó por correr al apartamento y alcanzar a su mamá en el restaurante.

—A veces y mamá olvida mucho las cosas—suspiró pesadamente llegando ya a la esquina del edificio después de recoger la billetera, prefirió caminar ya que correr dieciséis pisos hacia arriba no era muy fácil que digamos y estaba realmente cansado, camino con calma y cuando iba llegando al restaurante se detuvo en seco al escuchar a alguien llamarle, su cuerpo no respondía y solamente logró girar la cabeza viendo únicamente la calle vacía, negó con la cabeza y entró al restaurante sin ser consciente de que un chico de tez clara y ojos obscuros observándole con detenimiento asomándose una sonrisa por su rostro.



—Al fin te encontré………Changmin-ah

1 comentario:

  1. Hola ^^ soy nueva en tu blog, empece a leer Love the way you lie, por casualidad, y que bueno que paso, me gusta mucho ese fic, y hasta esperar el proximo capitulo, estoy leyendo otro, decidi leer este, Mi perdicion, esta interesantisimo!

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