Kiss shita mama sayonara
El aroma a rosas, el frío del viento, la brisa del mismo, el sonido del agua, la lluvia.
El cielo obscurecido.
Y aquella persona a su lado diciéndole que era lo más importante para él.
No podía articular las palabras, no podía hacer ni decir nada, era el claro adiós a todo aquello que vivieron juntos.
El silencio no era lo más conveniente en ese momento pero aún así este se mantenía.
El rastro de las lágrimas en sus mejillas aún estaba fresco y sus ojos aún amenazaban con soltar más de aquel líquido salado.
¿De que le servía llorar?
Eso no detendría al mayor de que se fuera, por más que le rogara las cosas ya estaban echas.
Le pedía que lo mirara, que abriera sus ojos, que sintiera el aroma a rosas y sintiera la lluvia en sus manos. Pero no podía moverse.
-Eres lo más importante para mí-le volvió a repetir tomando su mano, acariciándola con su pulgar. Sentía aquel sentimiento volver a aflorar en él y no quería sentirlo. Le dolía sentirlo.
-Por favor...háblame. Dime una mentira, por favor dime una mentira...dime que no me amas-le dijo suavemente, mientras intentaba callar sus sentimientos y no apresurar aquella despedida, mirando sus obscuras orbes aún más escondidas del brillo.
Pero no era suficiente...
La gente pasaba, sin reconocerlos, sin mirarlos y él solo esperaba a que su amante dijera algo y calmara su dolor al menos un instante antes de irse.
Solo quedaba llorar y llorar, nada más y eso era lo que el menor hacía, derramar miles de lágrimas que terminaban en el piso. Quedando su corazón sin esperanza alguna de que todo cambiara en un instante.
-Mírame...-le dijo tomando su rostro suavemente, mirando sus achocolatadas orbes derramar lágrimas con mayor intensidad
- ¡Dí algo maldición! ¡Miénteme Changmin! ¡Di que me odias! ¡Miénteme! -dijo llorando él también apoyando su frente en la del más alto derramando muchas más lágrimas cristalinas que se perdían en el olvido del frío del día.
Y la gente pasaba y el menor no decía nada, el llanto no se lo permitía y no quedaba más que llorar y llorar...
-No quiero perderte, entiéndelo, te amo, pero no podemos así...me duele a mi también...la gente pasa y solo queda llorar y llorar, la gente pasa lo sé pero no me importa, es la última vez que nos veremos, pero...no quiero despedirme así-sus ojos rojos de tanto llorar se cerraron, acercando los finos labios del menor a los suyos, fundiéndose ambos en aquel último beso, en aquel dulce adiós. Su corazón se rompía en miles de pedazos con cada segundo de aquel beso. Su destino estaba marcado en la lejanía de sus almas que habían nacido para amarse.
Aunque su sentimiento fuera correspondido y se amaran con todo el amor del mundo era imposible seguir para ambos.
Este era el beso del adiós.
-Nos besamos para decirnos adiós...Jaejoong-susurro el castaño al ver a su amor correr lejos de él. Sabiendo que ya no lo dejaría volver a sus brazos y llorar o volverlo a besar.
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