Tomas de mi mano y por dentro lloro aunque sea mentira me haces sentir vivo
Aunque es falso el aire
Siento que respiro…
Y aunque todo es de papel, mientes…lo sé
Jaejoong paseo el cigarrillo entre sus dedos, le dio una calada y miró a la persona frente a él.
Ella sonrió.
— ¿Qué te trae por aquí? —preguntó ella con el sarcasmo totalmente palpable en el aire. Sus miradas se cruzaron y ella cruzó las piernas, el pelinegro frunció en seño.
Hace ya bastante tiempo que Kong MeiSung y él se veían aunque no tanto tiempo como el que Changmin y él llevaban juntos, su relación podría decirse algo así como un simple enredo de sábanas una vez al mes o cada dos meses, podría decirse que ni siquiera tenían sentimientos de por medio pero Jaejoong pensaba todo lo contrario aunque en realidad no estaba en lo correcto pero aún es difícil de asimilar aún más para alguien con su peculiar carácter.
—Mei…te necesito—la muchacha rió y se levantó de su lugar, cuando supo que el mayor no podía descifrar su rostro bajó la mirada y giró los ojos un poco molesta y enojada tal vez. No entendía aún como es que se metió en ese enredo cuando Jaejoong a ella no le interesaba en lo más mínimo, cuando podría decirse que odiaba estar metida en ese embrollo, donde lastimaba a alguien que nada tenía que ver con las cosas que pasaban por su retorcida cabeza.
—Me necesitas…—repitió riendo un poco, volviendo a encararlo, era algo que a Jaejoong de una manera extraña le agradaba, que ella lo encaraba así y no le tenía miedo en lo absoluto. Se fijó en esos ojos castaños que ahora parecían inexpresivos, tomó su mano y tiró de ella procurando terminara sobre él pero MeiSung era mucho más ágil y le golpeo el brazo—Jaejoong…Jaejoong a veces me decepcionas cada vez más. De verdad… ¿De verdad tienes las agallas para venir a mí luego de estar con Changmin?
Jaejoong cerró los ojos fuertemente y se recostó en el sillón, aquel nombre le producía tantas sensaciones quería deshacerse de ellas y sólo aquella mujer era capaz de lograrlo.
—Eres idiota…—afirmó ella, volvió a voltear intentando contener las enormes ganas que le daban de molerlo a golpes por intentar esconder aquel sentimiento que lo llenaba por dentro al sólo nombrar a aquella persona. MeiSung lo sabía muy bien, sabía porque Jaejoong la buscaba y sabía perfectamente que no la amaba, es más estaba dispuesta a apostar su vida a aquella razón que por todos los medio Kim Jaejoong se negaba a aceptar o siquiera a reconocer.
—MeiSung…estoy hablando en serio…—MeiSung esta vez rió más fuerte y volvió a sentarse en su lugar, paseando entre sus dedos un pequeño papel. Pensó en que tal vez si Changmin se enteraba de esto no haría nada, no era el mismo Changmin que ella había conocido…la verdad es que por culpa de aquel ser que tenía en frente había sido el culpable de innumerables cambios en aquel chico que tanto le llamaba la atención por su fortaleza y actitud.
—Jaejoong…si me dieran dos centavos de won por cada vez que dices eso y es mentira te juro que sería billonaria—dijo riendo mientras con la mano derecha cogía la copa de vino que había dejado ahí antes. Miró seriamente a Jaejoong y este sólo desvió la mirada como siempre—A veces me preguntó que es lo que te atrae de mí
—Eres muy bella…—dijo Jaejoong rápidamente sabiendo que eso si era cierto y Kong no podía sacarle otro lado a aquellas palabras pero MeiSung era muy inteligente. Así como bella.
MeiSung era la clase de mujer con la que nadie podía jugar sin su consentimiento, no pecaba de ingenua y aunque fingía estaba muy alejada de serlo. Mentirle era difícil, jamás lograbas engañarla y eso era lo que le gustaba además de su cabello castaño hasta los hombros, sus labios delgados y su extrema delgadez.
Jaejoong admitía que era hermosa pero simplemente no sabía que era de ella lo que le atraía más.
—Pero no tanto como lo es Changmin—A Jaejoong se le secó la boca, pestañeo varias veces y se dio cuenta de un pequeño detalle. MeiSung jamás tenía reparos de hablar de Min aún cuando era ella la amante escondida. Jaejoong miró al piso y comenzó a subir su vista.
A comparación de Changmin, MeiSung era mucho más baja, apenas tocaba el metro sesenta y siete. Su cabello era parecido aunque MeiSung tenía muy poco cabello.
MeiSung tenía razón, era bella…pero no como lo era Changmin a sus ojos.
—MeiSung…
—Jaejoong…escúchame bien…no quiero repetirlo—la castaña acomodó el flequillo de su cabello y volteó a verlo, fijando sus ojos directamente en los obscuros de Jaejoong, llegando a atravesarlo con la mirada. El mayor tragó saliva esperando a las intempestivas palabras de MeiSung que siempre lo hacían tambalear—Si tu estás interesado en mí…es porque tengo la actitud muy similar a la de Changmin antes de que tú lo volvieras el ser indefenso que ahora es.
…
…
…
Changmin suspiró un breve momento antes de seguir cantando aquella canción, las cuerdas de la guitarra se deslizaban por sus dedos creando una bella melodía mientras su cabeza estaba flotando en tantos pensamientos.
Yunho le miraba desde la puerta, pensativo. Curioso de saber que era lo que pasaba por su cabeza aunque una vaga idea podía tener. Se recostó en el marco de la puerta e hiso su cabeza para atrás disfrutando de las notas salidas de su roce con la guitarra y la vos del menor inmerso en su mundo.
Changmin se levantó y sacudió sus cabellos, rió al ver a Yunho quieto, con los ojos cerrados, recargado en el marco de la puerta, golpeo su brazo y lo miró con una cara seria.
—Voy a empezar a pensar que estás acosándome
—No lo hago, me gusto lo que tocabas…y cantabas.
—A mi no me gustó…bueno…Hyung tengo hambre
— ¿Soy tu cocinera o qué?
—No, pero deberías ir aprendiendo que luego te puedo cambiar por KyunHyun o Minho—dijo riendo para luego seguir caminando por el pasillo, hipnotizando al mayor con el elegante movimiento de sus caderas.
Yunho divagó e imaginó a Changmin en otro estado. Suspiró al saber que todavía tenía el privilegio de tener al Changmin de siempre a su lado. Y es que…con Jaejoong Changmin parecía más frágil, más vulnerable cuando en realidad no lo era.
…
…
…
MeiSung suspiró mientras veía el techo blanco de su habitación. Su teléfono volvió a sonar y esta vez optó por desconectarlo. Estaba irritada y muy cansada.
En algún momento de su vida la perfecta Kong MeiSung perdió su rumbo cuando unos ojos extraños la vieron y se sintió desvariar, en algún momento de su vida cuando trabajaba tranquilamente en Avex Trax y le presentaron a Tong Vfang Xien Qi y su vida, sus planes, todo.
Se fue a la mierda.
Desde el momento en que escucho aquella risa y esos labios pronunciaron su nombre todo se fue a un mundo desconocido donde ella no pudo encontrar su pasado más. Simplemente se había enamorado. Pero las cosas no eran fáciles, para nada.
A su parecer, desde aquel momento todo había ido de mal en peor, es decir desde el momento en que intentó ser más coqueta y atractiva todo parecía empeorar. Todo no iba bien y cuando creyó que nada tenía sentido aquello que quería cambio de rumbo una vez más un rumbo el cual a ella no le gusto y buscó venganza.
No una venganza común. Si no una psicológica podría decirse, se metió con Kim Jaejoong.
No recordaba como es que todo eso había empezado, ni siquiera sabe porque no se hecho para atrás, pero si recuerda que en aquellos momentos todo perdía suelo firme para aquel grupo que había brillado hasta su máxima expresión aunque parecía no haber terminado de expandir su luz al mundo.
En cuanto todo empezó, para ellos todo parecía terminar y de alguna manera u otra sentía que era toda su culpa. Aunque aún ella tenía la oportunidad aprovechar esa oportunidad simplemente no era sencillo.
En aquel tiempo descubrió que Jaejoong era una persona bastante multifacética, no por sus cortes de cabello, los tintes, los gustos o su extraña manera de ser, si no por…por que…podría decirse que era bipolar pero parecía más ¿Multipolar?
Tenía un enredo en la cabeza e incluso jamás se daba cuenta de ello. Entonces MeiSung supo que había cometido un error.
Podría haberle dejado, pero no pudo, no es que no quiso o no lo intentó es que Jaejoong era la persona más desesperante y odiosa, tanto que decidió torturarlo más, pero jamás logró que él se saliera de sus casillas como lo habría hecho por otra persona.
Tal vez, Kong tenía miedo ahora de que todo le saliera mal pero le daba igual Kim Jaejoong no era quien le importaba.
…
…
…
—A veces pienso que MeiSung es tan inteligente como él
— ¡¡Deja de meterlo en la conversación!!
—Tu empezaste Jae—el castaño lo miro y Jaejoong supo que tenía razón, suspiró pesadamente y volvió a recostarse en el sillón. Tenía todo un desastre en su cabeza—Aunque quieras negarlo…y tal vez me vayas a golpear. Changmin no puede salir de tu vida, porque tu no quieres sacarlo hyung, no es mi culpa ni la de MeiSung, la de Changmin y ni siquiera la tuya…es el amor
—Cállate…yo hace mucho que decidí dejar ese sentimiento atrás
—Precisamente cuando por tu culpa Changmin cambió
—No…es que…
—Jaejoong sabes que es cierto y tal vez si de verdad quisieras dejar ese sentimiento atrás deberías alejarte definitivamente de él pero no lo has hecho no lo harás ahora ni mañana porque es algo tan fuerte que nunca dejará de molestarte—el pelinegro giró la cabeza y pudo ver por el espejo a su amigo irse. Volvió a suspirar.
Tomó su celular y vio la foto que el mismo había colocado de los cinco juntos él tomando la mano de Changmin.
…
…
…
Changmin recostó su cabeza en el respaldar del sillón, comenzó a divagar mientras su rostro se mantenía serio y firme, impasible.
Miles de pensamientos rondaban su cabeza y no podía callarlo, simplemente no podía, él se consideraba una persona orgullosa y vaya que lo era, lo era desgraciadamente y estaba feliz con ello pero…su parte débil se mostraba con Jaejoong y eso era exactamente lo que no entendía.
Sería decir que es idiota si no se diera cuenta de las mentiras de Jaejoong, el pretende creerle, el finge creerle pero en un momento llego al punto de no retorno donde prefería ‘creer’ en sus mentiras, le sabían dulces y no podía hacer mucho por evitarlo.
Pensó tantas veces en detenerlo todo, en acabar con su relación pero no lo hiso, no quiso hacerlo, se lo reprochó pero…el estaba tan hundido en aquella relación, tan consumido por el extraño sabor de las mentiras y el dolor mezclados
Changmin lo sabía…él…era la clase de persona que costaba un punto medio en enamorarse, pero para enamorarlo lo suficiente uno tenía que ser muy cuidadoso y a la ves muy poco táctil en ese sentido. Jaejoong había actuado con todas sus armas y había logrado anclarse en su corazón de manera que ni él mismo podía escapar.
Pero…Changmin ahora tenía esa sensación, un extraño vacio en el estómago distinto al hambre a media mañana o la de todo un día…tan parecido…al dolor de algo que pronto ocurrirá.
Y el tiempo hizo lo suyo y comprendí
las cosas no suceden porque si,
no eres la persona que pensé, que creí, que pedí.
graciaas estaba esperando la continuacion^^
ResponderEliminarahora espero el cap 3 xD