Título: Momentary
Autor: Akahana_Sakura
Pareja: HoMin
Género: LEMON
Nota: De esa colección que de sólo nombrarla ya provoca que me sonroje u///u, en fin. Para que nadie me acuse de plagio ni nada de eso, la trama sigue la de un cuento de una escritora llamada Geovanna Santa Cruz de su libro Contraluna, me gustó por eso fue que escribí este shot basado en el libro.
Changmin lloraba levemente, sentía su corazón despedazarse y nadie se compadecía de él. Su novio, su amado novio había muerto, asesinado por su amante con un disparo al corazón.
Sentía desfallecer, ya no el hecho de que lo hubiera engañado y que cuando se quedó con él el otro lo hubiera matado. Si no el hecho que se había quedado desprotegido sin el otro ser que adoraba lo sentara sobre él para tener sexo desenfrenado toda la noche. Sin descanso.
El forense le entregó la ropa manchada de sangre y él sólo le indico que la dejara por ahí, le dolía ya mucho el ver a su difunto novio a su lado.
—Tranquilo—le dijo suavemente mientras colocaba su mano en su hombro.
El forense ahora sólo le miraba cohibido pero no incómodo. Changmin conocía esa mirada, era la misma que ponía su difunto novio antes de que ambos terminaran enredados en las sábanas.
—Lo lamento mucho—dijo de nuevo suavemente. Changmin quiso vomitar por la hipocresía de sus palabras y se puso a llorar de nuevo.
El forense de apariencia joven quiso golpearse al ver al otro derrumbarse de esa manera por no poder se sincero con su pésame, pero haber visto tantos cadáveres ya no le movía en lo más mínimo ni siquiera el dolor de los de los dolientes, su oficio necesitaba de personas como él; frías y calculadoras, de lo contrario se desmayaría con cada muerto que viera y si se dejara llevar por sus sentimientos pues la verdad no tendría sentido el que fuera forense.
—Le esperan para el velorio, ya se llevaran el cuerpo afuera, será mejor que usted vaya a cambiarse—Changmin no contesto y mucho menos agradeció, sólo se fue s meter a su dormitorio quitándose la ropa con lentitud, sintiendo el vacío de tener que quitarse la ropa él mismo en lugar de que lo hiciera el muerto que pretendían velar y meter cuatro metros bajo tierra.
Se colocó un traje completamente negro, que le regalaron hace bastante pero que le hacía a la perfección, delineaba cuidadosamente sus largas y torneadas piernas, un saco que marcaba su realmente esbelta cintura y le hacía ver más delgado aún.
Más frágil, delgado…vulnerable.
Changmin salió de nuevo, volviendo a ver las toallas con las que limpió aquel cuerpo, el féretro ya había sido sacado, obviamente el cuerpo con él. Pero el forense seguía parado ahí, en el mismo lugar en el que le dejó.
Changmin sintió su estomago revolverse, mezclado con el no haber comido en bastante tiempo, casi cae desmayado pero aquel hombre le sostuvo delicadamente por la cintura, sus ganas de vomitar volvieron y sin decir nada se dejó llevar por aquel hombre hasta el baño de su habitación.
Se empeñaba en que él necesitaba ayuda. Y vaya que la necesitaba.
Tenía sus manos en su cintura, acariciando pausadamente con sus largos dedos su abdomen. El castaño volteo a ver aquellos obscuros orbes, intentado buscar más en ellas.
Pero encontró la frialdad de los años con un poco de compasión dirigida hacia él y volvió a llorar, acomodándose para darse vuelta sin deshacer el agarre que el otro se empeñaba en mantener en su cintura, sin dejar aún de derramar aquellas gotas cristalizadas.
—Usted es muy joven…demasiado…y tan hermoso—dijo suavemente mientras una de sus manos viajaba a su mejilla, acariciándola levemente mojando sus dedos con el agua que empañaba sus mofletes.
La dependencia de Changmin carecía de dueño ahora y necesitaba con urgencia la sensación de seguridad que alguien más le daba, necesitaba aquella sensación momentánea de la tranquilidad y la protección que nadie más que aquel hombre podía brindarle ahora antes de que se derrumbara por completo y no quedara de él más que escombros de una mezcla extraña de sus entrañas con sangre y dolor.
Lo besó, con pasión desbordada, intentando que el otro también supiera a que sabían sus lágrimas, el otro parecía querer alejarse del menor pero era más el hecho de no querer caer en la tentación, para evitarlo Changmin lo abrazó con fuerza para no dejarle ir hasta que el otro de dejó llevar por sus deseos y comenzó a corresponder al beso con aún más pasión.
No tardó mucho para que Changmin sintiera el miembro erguido del otro en su cadera, palpitando por más contacto que no estaba dispuesto a negarle cuando él también lo necesitaba.
Aquel hombre, con prisa le quito el saco y sacó su corbata de un tiró para luego dirigir sus inquietas manos a sus largas piernas mientras el menor amarraba sus brazos a su cuello. Con habilidad el mayor se deshizo del molesto cinturón y desabrochó la camisa acariciando aquella estrecha cintura.
Changmin no tomó mucha importancia a la ropa, sólo lo acarició un poco sobre ella sin importarle si esos músculos de verdad o no. Simplemente desabrochó su cinturón y luego posó sus manos por sobre su blanca camisa, sintiendo su abdomen.
El otro bajó sus pantalones hasta sacarlos por completo con ropa interior y todo para luego empotrarlo al lavamanos y meter su mano izquierda en su intimidad, el castaño sólo aferró sus dedos a la morena cabellera mientras ahogaba un grito en su boca y la del otro. No pasó casi nada cuando sintió aquel enorme intruso en su interior, por reflejo se abrazó a él y besó su cuello mordiéndolo también, dejando una marca violácea cerca a su hombro.
Las embestidas no se hicieron esperar mucho, entraba y salía de él, con rapidez, con fuerza, cada vez más. Amarró sus piernas a su cadera, haciendo la cabeza para atrás, arqueando la espalda para aumentar aquella sensación tan placentera de aquel intruso dentro de sí.
Sus gemidos retumbaban en las paredes del baño, sus gritos de pasión seguían hasta que un grito algo agudo salió de los finos labios del castaño que se derramó en la mano de su amante momentáneo, el otro no se detenía, seguía arremetiendo contra su cuerpo aumentando el placer de su orgasmo, no paró en varias embestidas hasta que se derramó en su interior. Llenándolo a fondo.
—Gracias…—susurró apoyando su cabeza en su hombro cuando todo hubo acabado. El otro acarició sus cabellos mientras estiraba la mano para alcanzar el papel y limpiarse. No tuvo un acto más dulce que el limpiar al menor, aún besándole constantemente.
Cuando el velorio hubo terminado Changmin suspiró sonoramente y se despidió del féretro agachando la cabeza, en señal de que le extrañaría.
El forense se acercó con lentitud a él y le dijo al oído.
—No tenías de que agradecerme…fue placentero. Sigue tu vida pero si necesitas mi ayuda no dudes en pedírmela—le extendió una tarjeta, el castaño la tomo pero no dijo absolutamente nada hasta que aquel hombre se hubiera ido.
Jung Yunho-Doctor y Forense.
O__________O sonará pervert pero... yo tambien quiero que me consuele asi ese doctor!!!!
ResponderEliminarAkahana tienes una imaginación que.... wuaaauuuu me encanta XDDD.
ya somos 2...somos malas.
ResponderEliminarjajajajaja ahora somos3...
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