El color de mis sentimientos~Parte uno

Parte Uno: Un sentimiento al final de un largo camino. Dolor

El reloj sonaba lentamente.

Changmin descubrió el dolor una noche de sábado mientras intentaba cerrar los ojos. Ese día había sido particularmente agotador y simplemente no podía mover ni un solo músculo, pero tampoco lograba conciliar el sueño. Sólo reposaba en su cama mirando la pared color crema en frente suyo.

Sentía una incomodidad extraña al pensar en voltear a ver a Jaejoong, saber si dormía o no, se siente un poco más tranquilo al escuchar el sonido de las sábanas moverse.

Sonríe, levanta un poco el rostro. Duda; no está seguro si voltear o no.

Tiene esa incomoda sensación que le dice que algo no muy buena ocurrirá.

Changmin sabe que cuando ignora aquel presentimiento las cosas nunca terminan bien y sabe que las lágrimas caerán luego y ese vacío en el estómago se hará presente. Un vacío abismal y distinto al hambre. Sabe que si lo hace sucederá algo que no quiere que suceda y todo su mundo tomará un rumbo totalmente desconocido.

Da vuelta para ver a su hyung.

Tenía los ojos abiertos y le miraba fijamente con los ojos brillantes. Cargados de lágrimas.

Jaejoong descubrió que estaba enamorado una noche de lunes cuando no podía dormir y volteo de lado viendo a su dongsaen dormir en la cama de Junsu porque este se había dormido en la suya. Tenía un rostro apacible como el de un bebé, sin saber porque analizó su rostro con cuidado, sus cabellos castaños estaban esparcidos por su frente y por la almohada de manera hipnótica, sus parpados estaban completamente cerrador  y sus largas pestañas le daban un toque especial, sus mejillas lucían un poco abultada por su posición y sin maquillaje se notaba el dulce color rosa pálido que estas poseían continuamente. El menor se veía lindo así. Durmiendo.

Pero el mayor terminó de descubrir el amor cuando de repente abrió sus ojos y los brillantes orbes achocolatados se posaron sobre él y una sonrisa surcó sus labios antes de volverse a dormir, Jaejoong sabía que el menor no le había notado porque no tenía sus lentes y su vista se veía más afectada por las lentillas que le había doler los ojos igual que a él.

―Lo siento―dice de repente el mayor  levantándose, los ojos de Changmin también brillas con las lágrimas acomodándose lentamente en sus ojos y bajo sus parpados y Jaejoong llora y lo abraza fuertemente, el menor no puede moverse siente que el mundo se le viene debajo de sólo un segundo.

Jaejoong se sintió completo una noche de sábado cuando todos habían ido cada uno a sus cosas y ellos estaban solos en el apartamento jugando en la consola de Junsu, sentados en la alfombra, comiendo palomitas de maíz con caramelo mientras reían cada tanto a los errores de mayor en la jugada.

Cuando acabaron estaban echados en la alfombra mirando el techo con las manos entrelazadas.

Esa vez Changmin no sabía cómo había quedado desnudo bajo el cuerpo del mayor en la alfombra, recordaba que Jaejoong se había levantado para apreciarlo en su estado natural completo pero a él le daba tanta vergüenza que enredó con sus piernas sus caderas y lo obligó a pegarse a su cuerpo de nuevo. Aquella vez Changmin sintió mucho dolor lo recuerda perfectamente pero se sintió tan feliz que no cabía en su cuerpo.

―Bésame―susurró Jaejoong junto a su oído, el menor sintió que el aire le faltaba, su respiración se hiso irregular y el aire ya no llegaba a sus pulmones cuando los cálidos labios del mayor tocaron los suyos con tanta desesperación.

Changmin olvidó la felicidad cuando esto sucedió porque los besos de Jaejoong le gustaban pero sabía que este beso era una despedida.

―No es cierto…por favor…dime que no es cierto―Las lágrimas cayeron con intensidad, empapando sus pálidas mejillas mientras su labios era aprisionados de nuevo y le iban recostando en la cama sin dejar romper el beso.

Changmin conoció el verdadero significado del amor una tarde donde Jaejoong lo cogió de la mano y lo llevó a la azotea, le miró directo a los ojos y le plantó un beso de improvisto, sus ojos se habían llenado de lágrimas y miraba al mayor desorbitado, perdido y casi completamente confundido, Jaejoong le susurró un leve “te quiero” y tomó una de sus manos, el menor sonrió brillantemente y se abrazó a él. Una sonrisa surcó el rostro de ambos.

― ¿Será hoy cierto? ―susurró mientras las manos del mayor se deslizaban por sus costados, unas cuantas lágrimas se desprendieron sobre su pecho ahora desnudo…Jaejoong se escondió en su cuello sollozando suavemente.

―No quiero…no quiero separarme de ti…pero no puedo hacer más, huye…escapa de todo esto y cuando me vaya no mires atrás…así sabré que estarás bien.

― ¡¿Cómo voy a estar bien?! Jaejoong…duele―susurró mirando el techo, las lágrimas no se detenían. Jaejoong las besó.

La felicidad es como un tabú, quien es feliz hace algo malo, quien no lo es, es demasiado bueno para ser lo suficientemente feliz. Para la sociedad su amor era aún un Tabú por lo tanto no podían ser felices.

―Si pudiera hacer algo…

―No hagas nada…no hagas ya nada, sólo vete, lárgate, abandóname y mejor por mí no vuelvas―Changmin se levantó, así sin camiseta, yendo a encerrarse en el baño, esperando escuchar la puerta de entrada cerrarse y llevarse su vida junto al aire que se iría luego de la puerta de roble cerrada .

Casi seis años de suspiros y miradas perdidas, casi seis años…alguna vez escuchó a su madre hablar con su hermana, ella y su padre habían salido casi ocho años y sus padres les habían obligado a casarse porque el tiempo era extenso para su relación.

Con Jaejoong había terminado de criarse, con Jaejoong había conocido el amor por primera vez, Jaejoong era el primero en todo…y ahora era también su primer corazón roto…él no quería un nuevo intento, él no quería sanar su corazón con alguien más. Él quería a Jaejoong.